Existe un tipo de cocinas portátiles llamadas hornillos, muy práctico y manejable para llevarlo allí donde se necesiten. Suelen contar con uno o dos focos para cocinar, ocupando muy poco espacio y teniendo una base para ponerlos en cualquier superficie.
El hornillo puede usar como fuente de energía tanto el gas como la electricidad y hay diseños de todo tipo. Desde los más clásicos con quemadores hasta los hornillos que se asemejan a la vitrocerámica con una base de cristal, pasando por algunas más sofisticadas que incluyen una cubierta de metal para proteger los fogones.
Si se va a usar para excursiones o para cocinar al aire libre, es mejor tener un hornillo de gas para no depender de tomas eléctricas. Si por el contrario, sabemos que lo vamos a usar en lugares cerrados o con posibilidad de enchufarlo, es más recomendable el hornillo eléctrico para no estar pendiente de llevar o no el combustible.
Sin embargo cuentan con varias indicaciones que se aconseja seguir para aprovechar al máximo su capacidad y no desperdiciar energía.
- Es aconsejable no usar los dos focos a la vez (si tiene más de uno), por que ambos pierden potencia, consumen más energía y se tarda más en preparar la comida.
- También es recomendable que se usen recipientes del mismo tamaño que el quemador. Si fuese más grande, el fuego no conseguiría calentarlo al completo y tardaríamos más en cocinar. Y si fuera más pequeño, estaríamos desperdiciando energía.
- Es muy importante que a la hora de comprarlo, nos fijemos en que en su soporte llevan un material aislante para no dañar la superficie en la que lo apoyemos.
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