Gestión inteligente de los ciclos de lavado y secado, programas más baratos, tambores de gran capacidad… Muchas son las tendencias que han marcado el ritmo de vida de nuestros aparatos estos últimos años. Más allá de un cierto confort en el uso, estas características han permitido a nuestras lavadoras y secadoras consumir menos agua y menos electricidad.
En diez años, las innovaciones tecnológicas han permitir reducir a la mitad el consumo de energía de las lavadoras y a un tercio el de las secadoras. Un dato nada despreciable teniendo en cuenta que entre estos dos aparatos suman una quinta parte de la factura de la luz en un hogar. El consumo de agua se reduce a la mitad, mientras que el volumen de los tambores no ha parado de aumentar. ¡Toda una proeza!
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¡Ha nacido una nueva eco-generación de productos!
Hoy en día, los fabricantes están desbordantes de imaginación y van más allá para proponernos aparatos cada vez más respetuosos con el medio ambiente. Programas adaptados a cada tipo de tela en las bombas de calor, pasando por el empalme por donde llega el agua caliente… Hay que prestar atención a las novedades que permiten reducir la factura.
Empalme de agua caliente
¿Sabías que… la mayor parte de la electricidad consumida por una lavadora sirve para calentar el agua?
¿Cómo reducir este gasto? Lavando a baja temperatura, por supuesto. Una segunda opción aparece con la llegada de las lavadoras con doble entrada de agua: una para el agua fría, otra para la caliente. Alimentada directamente con agua caliente, este tipo de lavadora consume menos electricidad ya que el agua es inyectada en el aparato, directamente a la temperatura programada en la caldera. El ahorro es notable: hasta un 85% de electricidad menos, según el programa de lavado elegido y según la forma de calentar el agua utilizada: de butano o de gas, paneles solares, bomba de calor, geotermia… ¿Quién da más?
Siempre más programas
Programa para ropa vaquero, programa para seda, programa para ropa de deporte… Las nuevas lavadoras ofrecen cada vez más programas para el lavado o el secado de la colada. Se acabo el programa único que servía para lavar tanto las camisas de algodón como las camisetas de licra. Hoy en día, con la diversificación de materiales, vemos aparecer programas de lavado específicos. Una ganga para las telas ya que reciben un mejor trato pero sobre todo, gracias a un ciclo adaptado, el consumo no es más que el estricto y necesario. ¡Se acabó el despilfarro!
¡Bomba de calor: el secado barato!
Última novedad en la rama de las secadoras: la bomba de calor. Este sistema permite secar la ropa de forma económica, gracias a un funcionamiento en circuito cerrado. Se acabó la resistencia que consumía energía: la bomba de calor utiliza de forma inteligente el calor presente en el aire. De esta manera, el consumo de electricidad se reduce al mínimo, lo que se traduce en un ahorro del 40% de media en relación a una secadora clásica de clase A.
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